Puedes imaginar que para un oso hambriento, que sale de la hibernación o se prepara para dormir durante el invierno, las tentaciones de la civilización son difíciles de resistir.
Con el aumento de la población humana en el oeste, la expansión urbana avanza cada vez más en el territorio de los osos, lo que conlleva a interacciones más frecuentes.Un estudio reciente de Colorado Parks and Wildlife (CPW) sugiere que el aumento de los conflictos entre humanos y osos no es consecuencia del crecimiento de las poblaciones de osos – que se estiman entre 17,000 y 20,000 en el estado – sino de la adaptación de los osos a un paisaje que cambia rápidamente.
“La mayoría de los conflictos entre personas y osos pueden tener su origen en el fácil acceso a comida humana, la basura u otros atrayentes con fuertes olores, ya que el impulso natural de un oso por comer puede superar su miedo a los humanos”, explica la información educativa que encuentras en la página web de CPW. “Cuando los osos se sienten demasiado cómodos cerca de los humanos, pueden destruir la propiedad o incluso convertirse en una amenaza para la seguridad humana”.
A medida que aumenta el número de incidentes entre humanos y osos, también lo hace el número de personas que quieren actuar de forma responsable en favor de la vida de los osos.
La Coalición del Oso de Colorado es una red estatal de reciente creación formada por diez grupos de protección de los osos que representan distintas partes del estado. Uno de los grupos de miembros activos es el Roaring Fork Valley Bear Coalition (RFVBC).
Daniela Kohl, residente de Snowmass, fundó la RFVBC, una organización sin fines de lucro basada en voluntariado, esto en respuesta a las interacciones negativas entre humanos y osos en la zona de Aspen y las desafortunadas consecuencias para los osos que demuestran repetidamente un comportamiento problemático.
La CPW tiene una política que establece que “cualquier oso previamente reubicado que actualmente se considere peligroso por su localización, será eliminado”.
El director de vida silvestre del área del CPW, Matt Yamashita, que supervisa el área de Glenwood Springs, Aspen y Vail, insiste en que “gran parte de la política tiene como objetivo prevenir o mitigar el conflicto antes de que sea lo suficientemente grave como para justificar la eutanasia.” Yamashita continúa: “El objetivo de todos los agentes de hábitat silvestre en Colorado es perpetuar el recurso de la vida salvaje, no eliminarlo.”
Kohl sintió curiosidad por saber cómo podían ayudar los ciudadanos y se involucró con los agentes locales de la CPW, incluido Yamashita, para organizar soluciones. Al principio, esto dio lugar a una dinámica asociación con la tropa 201 de los Boy Scouts of America de Aspen.
Junto con la tropa, Kohl empezó a reproducir el diseño de un amigo ingeniero para las correas de alta resistencia utilizadas para proteger los contenedores de basura contra los osos. Las correas siguen siendo eficaces a temperaturas bajo cero y utilizan “las hebillas más resistentes que jamás se hayan visto”, según Kohl. Está trabajando para que el diseño se someta a los protocolos del Equipo de Estudio del Oso Grizzly para demostrar su eficacia.
Kohl se sintió impulsada por el restrictivo costo de los contenedores de basura resistentes a los osos (más de 280 dólares) y, gracias a la Tropa 201, puede ofrecer estas correas de forma gratuita (para más información, llame al 1-305-710-2977). El proyecto le valió a un boy scout su “Eagle Scout Rank Patch” y la RFVBC ganó un aliado crucial.
“Los chicos son fantásticos, humildes y trabajadores”, explicó Kohl. “Los padres están involucrados y tengo mucha suerte de haberlos encontrado”. Además de crear correas, también han hecho campaña con volantes que dejan en las puertas para informar a los vecinos de la importancia de proteger su basura.
Kohl se inspira en Brenda Lee, quien empezó a trabajar en favor de los osos en 2009 y fundó la coalición sin fines de lucro Boulder Bear Coalition en 2015. Según Kohl, “Brenda abrió el camino”.
Después de mudarse a Colorado en 2006, Lee se alarmó por una división que vio en la comunidad de Boulder sobre el manejo de los conflictos entre humanos y osos.
Lee comenzó a preguntar: “¿Por qué están los osos aquí?” Están aquí porque tienen hambre. Y francamente, determinó, “hemos creado un hermoso hábitat para los osos en Boulder. Antes eran praderas, ahora hay zanjas de agricultores y grandes árboles y basura no asegurada”.
Así que la ciudad y la comunidad se pusieron manos a la obra, con el objetivo común de proteger a los osos. Esto condujo finalmente a una estrategia novedosa: plantar fuentes de alimento autóctonas en el espacio abierto de un lado de Boulder para proporcionar un “colchón alimentario natural” de chokecherries, ciruelas silvestres y grosellas.
Las plantas han tardado en crecer y aún no hay datos concluyentes sobre la eficacia de la estrategia. Lee reconoce que, en comparación con comer únicamente bayas, llenarse de basura es una forma más fácil de alcanzar las 20,000 calorías diarias necesarias para una hibernación saludable. “Imagínate, ocho horas comiendo bayas, o venir a la ciudad y llenarte en una hora”.
Cualquier solución verdadera será polifacética. Sin embargo, el surgimiento de coaliciones para proteger a los osos habla de un movimiento basado en el respeto a la coexistencia. Los Nuche (o Ute) que habitaban estas “montañas brillantes” antes de que los prospectores se instalaron en los valles, veneraban al oso con una danza anual, una de las más antiguas. Esta ceremonia de la “danza del oso” relacionaba el gruñido del oso con el trueno de la primavera, imitado con instrumentos sonoros.
La Roaring Fork Valley Bear Coalition tiene una fuerte presencia en las redes sociales.
Osos en Glenwood Springs, 6 de julio, 2021. Foto por Klaus Kocher.
Traducción por Dolores Duarte
el Sol del Valle
Fuente: https://www.soprissun.com